El aprendizaje cooperativo está de moda. En numerosas ocasiones escuchamos ya las diversas técnicas de este tipo de aprendizaje.
Según Carlos Velázquez podemos definirlo como una metodología educativa que se basa en el trabajo en pequeños grupos, generalmente heterogéneos, en los que el alumnado trabaja junto para mejorar su propio aprendizaje y el de los demás.
Creo que es muy positiva esta metodología pero sobre todo si se tiene oportunidad de practicarla con compañeros distintos (no siempre con el mismo grupo).
Debemos tener claro que introducir actividades cooperativas en clase, no aumenta necesariamente la cooperación si no va unido a un cambio en la metodología y en los objetivos. Se trata de que los alumnos de cualquier edad puedan aprender los mismos contenidos que con el curriculum tradicional, pero de una manera más dinámica.
Debemos tener claro que introducir actividades cooperativas en clase, no aumenta necesariamente la cooperación si no va unido a un cambio en la metodología y en los objetivos. Se trata de que los alumnos de cualquier edad puedan aprender los mismos contenidos que con el curriculum tradicional, pero de una manera más dinámica.
La mayoría de las técnicas que se proponen pretenden un mayor desarrollo social en los alumnos que colabore en su formación como personas críticas y autónomas.
Existen numerosas formulas de aprendizaje cooperativo que podemos incluir en el aula dependiendo del nivel de los estudiantes y de la materia y tema a trabajar.
Asimismo debemos estar atentos y tener cuidado ya que, no es lo mismo trabajar en grupo que realizar un trabajo cooperativo. No podemos confundirlo. En términos generales podríamos decir que lo primero no asegura lo segundo. Para que la producción grupal sea efectivamente beneficiosa para el aprendizaje, es necesario que la intervención pedagógica considere una serie de variables relevantes a fin de lograr que la sinergia sea posible.
Si quereís saber más...
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